martes, 30 de agosto de 2011

Nunca me sentí tan hermosa mujer como cuando me tocabas los huesos de la cadera y me acariciabas el pelo. Tengo tantas cosas para decirte, tantas canciones que dedicarte que me saturan.
Odio haber recorrido mi barrio de punta a punta con vos agarrados de la mano durante más de un año, y ahora caminar sola. No entiendo qué buscabas, o si buscabas algo diciéndome que te acordabas de lo divertido que era escondernos de todos y matarnos en la cama.
Y estoy bastante segura que, cuando podés, mirás mi FaceBook, así como también sé que fuiste vos y no Juan el que comentó ésa publicación; y como sé eso te digo que te extraño a pesar de que fuiste la única persona que me tuvo tan bien y tan mal a la vez.